
Empezó la partida. Era mi turno. Tiré los dados para ver si puedo atravesar la calle, pero los dados dijeron que no, que debia esperar en la parada de bus. Niceman queria ir al banco antes de ir a desayunar. Tiró los dados y los dados dijeron que podía ir al banco, pero que me debía llevar cómo acompañante. Así que se vistió de traje y corbata, cruzó la calle y los dos nos fuimos a realizar la misión.
Realizada la misión de ir al banco, los dados volviero a hablar: nos escaminábamos a la misión de desayunar. Antes de partir pero, había que equiparnos de silla para cada uno, mesa y escojer que nos ibamos a zampar. Entramos en la mazmorra… perdón, en la cafeteria, y nos encontramos con la frialdad y mala leche de la señora de los rizos y su malvada compañera latina, que se disfraza bajo un rostro de simpatia y cordialidad. Debemos salvar a la joven damisela, víctima de la represión, los trabajos forzados y la esclavitud… ui, perdón de nuevo, se parece más a un capítulo de Dragones y Mazmorras que no un mero capitulo de ir a desayunar! … Nos vuelve a atender la camarera que no llamamos camarera loca malhumorada con el pelo a lo estropajo. ¡No se puede disfrutar de la vida si no se entabla relación con las personas! En eso Holly y Paul estan de acuerdo ¡sólo trabajo y trabajó vuelve loco a noSoyRutinario!
Aún habiendo ganado experíencia por el logro de la misión anterior, a Niceman no se le presenta ninguna opción que elegir. Directamente se le ofrece sobre el tablero su desayuno de siempre… si si, ese “lo mismo, bocata de dulce jamon ¡si! mini integral de dulce y café ¡si! con leche desnatada sacarina descafeinado no porque necesito cafeina normal con sacarina”. Pero, a mi, si me surje otra oportunidad de augmentar experiéncia. Hay otro desayuno en oferta, que consiste en café con leche y bocata mini (de arroz no creo que tubieran) pero con un precio superior a la oferta que habitualmente escojo. Tenía los dados en la mano. En mi cabeza las dos opciones: nueva oferta, comer un mini, o seguir con nuestro compañero fracés (¿adivinas lo que tomo?). La frialdad del ambiente se volvia más caluroso. La atmosfera se cargaba de mucha tensión. Tenía muchas dudas: seguir cómo siempre o cambiar; perder algo más de dinero y ganar experiéncia o quedarme al mismo nivel. No tenía más tiempo. La señora de los rizos se hacía más inmensa y su expresión reflejaba muchas más furia. El juego me habia llevado a un misión difícil, y no podia contar con la ayuda de Niceman ni con el respaldo de la joven damisela, camarera guapa y simpática… tiré los dados…
Y ¡volvi a pedir el desayuno barato, y nos pusimos a hablar de la partida de rol en vivo en la que Niceman partició el fin de semana anterior!
Ya pensaba que hoy no había capítulo 😥 me tenías asustado…